La desertificación se define como degradación progresiva y persistente de ecosistemas donde anteriormente había tierra fértil y productiva. Generalmente se produce por la actividad humana en zonas donde las precipitaciones son menores de 600 mm por año.
El proceso de desertificación a nivel mundial afecta aproximadamente 33 millones de hectáreas por año según las Naciones Unidas. Este proceso es más marcado en regiones de bajas precipitaciones, denominadas áridas, semi-áridas y sub-húmedas, dependiendo de la cantidad de precipitaciones anuales. Si persiste este proceso, el planeta va a ser incapaz de sostener a la población mundial humana y de las otras millones de especies de flora y fauna que en ella existen.
Hay varios factores que llevan a la desertificación, la mayoría relacionados con las actividades humanas. Entre las más importantes son la agricultura convencional, el mal manejo de la ganadería y deforestación.
En un estudio realizado en África, en un área de parque natural, el parque fue desocupado tanto de animales salvajes, como de animales domésticos, con el fin de evitar la desertificación. A pesar de la ausencia de animales, que supuestamente intensifican el proceso de desertificación, se observó que el proceso de desertificación continuó, por lo que concluyeron que los animales, en especial los herbívoros, son necesarios para evitar el proceso de desertificación. Lo importante de la presencia de los herbívoros es su manejo.
Esto llevó a la conclusión que en las zonas de bajas precipitaciones, donde se está produciendo la mayor desertificación, se requiere de la presencia de animales, sean salvajes o domésticos, para mantener su fertilidad y la capacidad de producción de alimentos. Pero es necesario el manejo adecuado de los animales que consumen la vegetación del lugar.
Este manejo de los animales debe imitar el comportamiento de manadas salvajes. Esto implica un pastoreo intensivo de una zona, y luego el movimiento de la manada hacia otra parte, para evitar el sobre-pastoreo. Durante el tiempo de pastoreo intensivo, un alto número de animales entra a un sitio de pastoreo por corto tiempo consumiendo todo el follaje presente en el sitio y a la vez dejando sus deyecciones y orina en el sitio, lo cual actúa como abono. Al retirarse los animales, se evita que consuman el rebrote de las plantas y por lo tanto, la muerte de las especies presentes en el sitio y evitando la denudación del suelo.
Esta técnica de manejo es llamada rotacional cuando se van pasando los animales de un potrero a otro en forma sucesiva, mediante un orden pre-establecido. Cuando se hace el proceso de rotación teniendo en cuenta el estado de madurez o “punto” de los pastos y otros alimentos en el potrero, se dice que es pastoreo racional. No se lleva al animal a siguiente potrero porque el siguiente que toca en la rotación, sino al que tiene el pasto en las mejores condiciones de desarrollo y madurez para el pastoreo. Esto puede llevar a que se salten potreros porque no alcanzaron el desarrollo adecuado del pasto, por lo que el paisaje toma un aspecto de tablero de ajedrez.
Este tipo de manejo en rotación o racional, aumenta el contenidos de materia orgánica en el suelo, aumentando paulatinamente la fertilidad de los potreros, con mejor producción de forraje, y con el tiempo, puede llevar a un aumento de la carga animal para mayor eficiencia, sin deterioro del medio ambiente.
Otra opción que se puede sumar al pastoreo rotacional o racional, es agregar árboles y arbustos forrajeros al espacio donde van a estar los animales. Este tipo de arreglo se llama silvopastoreo.
Los árboles se pueden sembrar como cercos vivos, lo que trae varios beneficios, entre ellos, es más fácil proteger los árboles al inicio de su proceso de crecimiento usando barreras, evita el corte de bosques y otros árboles de la finca para hacer postes, dan sombra al ganado en las horas de mayor calor y están accesibles para consumo por parte del ganado cuando ya han madurado.
También se pueden sembrar en hileras dentro del potrero como banco forrajero o como árboles al azar dentro de potrero. Siempre debe tenerse en cuenta que deben protegerse los árboles al inicio porque el ganado consumirá todas las hojas de rebrote.
Estas técnicas, aunque toman tiempo y tienen ciertos costos iniciales por los insumos necesarios como la cerca eléctrica, alambre, bebederos, plántulas de árboles forrajeros, etc., a largo plazo traen grandes beneficios porque mejoran la fertilidad del suelo, aumentan la diversidad de plantas dentro del predio, evitan la desertificación y aumentan la utilidad de la empresa ganadera al reducir el consumo de insumos que vienen de exterior del predio como fertilizantes y por mayor producción de leche o ganancia de peso de los animales.
PALABRAS CLAVE: desertificación, desertificación y ganadería, ganadería sustentable